La colaboración puede resolver la crisis del agua en el mundo
PwC ha presentado el informe “Cooperación: preservando el agua a través de alianzas positivas”. El trabajo busca resaltar la magnitud del problema del agua y su impacto en los negocios, así como ayudar en el camino hacia la acción cooperativa. Según los autores, una asociación entre diversas industrias, gobiernos locales y organizaciones de la sociedad civil podría impulsar el crecimiento de las empresas e incluso conducir a la prosperidad de toda una región. Alerta que es probable que en los próximos años las acciones individuales de cada organización ya no sean suficientes para mitigar el problema del agua.
El agua es un recurso fundamental para los negocios. Sin embargo, es tal vez el más problemático de todos. En el Reporte Global de Riesgo 2015 del Foro Económico Mundial las crisis vinculadas al agua se posicionaron en el primer puesto del ranking de riesgo en términos de impacto, seguida de las enfermedades infecciosas, las armas de destrucción masiva, los conflictos internacionales, etc.
Según UN-Water, en 2030 el 47% de la población mundial vivirá en áreas con escasez de agua.
Asimismo, en el último siglo, el uso del agua creció a más del doble que el incremento de la población, y se predice que, con la actividad empresarial actual, la demanda de agua mundial aumentará al 55% para 2050.
La falta de agua está exacerbada por la precariedad del suministro, la distribución y la administración, así como por el clima. La OCDE estima que para 2025 el agua será la mayor porción de la inversión global en infraestructura. Solamente para los países de la OCDE y los BRIC, el gasto de agua ascenderá a £1 millón de millones, casi el triple de la inversión en electricidad y transporte necesaria.
Por otro lado, grandes cantidades de agua también traen amenazas para la economía y la gente. Por ejemplo, $96 mil millones del PBI son anualmente destinados para remediar daños de inundaciones, y ese número podría quintuplicarse a $521 mil millones en 2030.
Las implicancias del agua para los negocios
Las restricciones e interrupciones del agua significan importantes riesgos para la operación global de las empresas. No sólo ponen en riesgo su producción, sino su reputación y licencia para operar.
Según Global Water Intelligence, las empresas alrededor del mundo han gastado $84 mil millones para conservar, gestionar u obtener agua. Por ello, para empezar a fortalecer su capacidad de resistencia a los riesgos relacionados con el agua, deberán: identificar y entender cómo estos riesgos pueden impactar sus estrategias de crecimiento; tomar acción para gestionar mejor su uso del agua; y colaborar con los socios adecuados para una resistencia sistémica sustentable.
Es probable que dentro de los próximos 20 años las acciones internas no sean suficientes para mitigar los riesgos de proveer agua en zonas de escasez. En ese sentido, las grandes empresas han comenzado a conversar y colaborar con otros usuarios del agua, en un esfuerzo para lograr un beneficio para todos.
El compromiso con acciones de cooperación puede tomar distintas formas (por ejemplo, compartir información, involucrar a la comunidad y trabajar en proyectos de restauración de cuencas; o trabajar de cerca con gobiernos locales o regionales), pero todas asegurarán la continuidad en el largo plazo en términos de provisión y acceso al agua. Si bien la cooperación con uno o varios actores (gobierno, comunidades, ONGs, industrias) es el mejor camino para abordar el problema de la sustentabilidad del agua, no es una tarea fácil dado que cada grupo tiene perspectivas y expectativas diferentes.
Pasos para una colaboración
1. Empezar con el pie derecho: Elegir los socios adecuados, es decir aquellos grupos que de alguna manera pueden afectar o verse afectados por el problema del agua. Cada uno tiene parte de la respuesta al rompecabezas así como algo que ganar. Establecer, desde el principio, una visión de largo plazo compartida es un factor clave para el éxito, y conseguir un fuerte apoyo por parte del gobierno puede allanar el camino.
2. Poner el sistema en funcionamiento: Las colaboraciones exitosas necesitan planificación y coordinación. Por un lado, es necesario definir desde el principio qué financiación, qué personal, qué contactos u otros recursos son necesarios. Del mismo modo, es necesario establecer planes de contingencia para cualquier tipo de incidentes, y así asegurar la capacidad de resistencia de la nueva asociación. Es común que algún grupo decida abandonar el esfuerzo, que algunas partes se involucren en actos de corrupción, o que inesperadamente acontezca un desastre natural que pueda causar una crisis de agua.
3. Fortalecer la alianza: Una colaboración eficaz se basa en la confianza. Poner los principios de equidad, transparencia y respeto mutuo en el centro es la forma de generar respeto, confianza y sostenibilidad. Asimismo, es necesario contar con líneas de comunicación permanentes e información clara y consensuada.
4. Mantener el impulso: Para ello, es necesario involucrar a todos los actores y celebrar cada progreso. En algunos casos exitosos, incluso la gestión de un actor independiente (ONGs o consultores externos) ha mantenido proyectos avanzando en la dirección correcta.
Conclusión
La colaboración puede conducir a oportunidades de innovación que generen crecimiento y una ventaja competitiva. Asimismo, puede conducir a la prosperidad regional; el acceso al agua potable y a servicios básicos de saneamiento genera beneficios sociales, económicos y ambientales.
“La colaboración no es fácil pero es esencial para resolver la crisis sistemática del agua a nivel global de modo sustentable. Las empresas e industrias necesitan asociarse para encontrar soluciones a estos temas ya que son los principales usuarios, proveedores y contaminantes”, declara Marcelo Iezzi, líder de la práctica de Desarrollo Sostenible en PwC Argentina. “Por ejemplo, en los países en desarrollo, el 70% de los residuos industriales son vertidos sin tratamiento en las aguas, contaminando así el suministro de agua utilizable. Por otra parte, en estos países, las industrias consumen más de la mitad del agua disponible para uso humano”, explica.