Durante el año 2008, el banco presentó los objetivos de reducción de energía, los residuos y el dióxido de carbono (CO2) a su Directorio y a la Alta Dirección de las 24 grandes sedes del Banco en el mundo. También se lanzó en todo el grupo un software que permite que más de 300.000 computadoras se apaguen automáticamente al final de cada jornada de trabajo, lo que implica el ahorro de unos 30 millones de dólares al año en costos de energía y las emisiones de CO2.

Sin embargo, la emisión de gases de efecto invernadero del Banco aumentó muy ligeramente, a 954.000 toneladas de CO2 de los 953.000 del año anterior, y la crisis financiera frenó el crecimiento en la inversión sostenible y responsable de negocios, y retrasó los planes de recaudar $ 600 millones en un fondo de infraestructura ambiental.

Sus compromisos para 2009 incluyen la revisión de su política en materia de préstamos para el sector de la energía, la realización de más investigaciones sobre la política climática, y la puesta en marcha de planes de mejora para los principales proveedores.

(Environmental-Finance / WBCSD / ComunicaRSE)