En su vigésima edición, el estudio muestra que la sostenibilidad empresarial vuelve a estar en un punto de inflexión. Después de años de crecimiento y entusiasmo, aparecen señales de agotamiento de algunos modelos, nuevas exigencias regulatorias y tensiones entre inversión, tecnología y derechos sociales.

El informe, construido a partir de casi 200 fuentes y del trabajo de seguimiento que ComunicarSe realiza desde hace más de dos décadas, ofrece una lectura clara de los debates que marcarán el rumbo en 2026.

1. Repensar la inversión para el desarrollo

América Latina enfrenta un panorama económico desafiante: bajo crecimiento, menor financiamiento y presiones fiscales. El informe muestra cómo los bonos temáticos, los modelos de cooperación innovadores y las ciudades laboratorio comienzan a redefinir la forma de financiar el desarrollo sostenible. La región debe “cambiar las reglas del juego” si quiere atraer recursos y sostener transformaciones.

2. El regreso de la energía nuclear

Lo que hace unos años parecía improbable, hoy vuelve al centro del debate: países de todo el mundo están reactivando proyectos nucleares para responder a la demanda energética creciente y a la necesidad de descarbonizar sin interrupciones. La tendencia es clara: nuclear como complemento, no reemplazo, de otras renovables.

3. La sostenibilidad emocional

Empresas y equipos enfrentan agotamiento, incertidumbre y presión continua. Surgen dos conceptos que ganan fuerza:

- Bienestar emocional como activo estratégico.

- Organizaciones que cuidan vínculos y sentido, no solo indicadores.

Patagonia aparece como uno de los casos referentes por su narrativa comunitaria y decisión de integrar la emocionalidad en su cultura corporativa.

4. La economía circular comunitaria

Más allá del modelo técnico de reciclaje y eficiencia, emerge la circularidad basada en comunidad, identidad local y participación. Desde Aranda de Duero hasta experiencias en América Latina, los modelos circulares que funcionan son los que conectan propósito, territorio y personas.

5. Crisis climática: el fin del pesimismo catastrófico

El informe detecta un giro narrativo: menos mensajes apocalípticos y más historias sobre innovación, adaptación y soluciones reales. El énfasis pasa de la alarma permanente a mostrar capacidades transformadoras.

6. La expansión de la “sociedad del cuidado”

Los países que no incorporen el cuidado a su política económica “quedarán atrapados en un retroceso estructural”, afirma el informe. El cuidado no es gasto social: es nuevo motor económico, generador de empleo y base para la resiliencia. Las empresas deberán asumir corresponsabilidad y adaptar su cultura interna.

7. La encrucijada del ESG

Tras una década de auge, ESG enfrenta un momento crítico. Caen menciones en medios, aumenta el escepticismo público y los inversores piden mayor rigurosidad. No es el fin del ESG, aclara el informe, sino su transformación hacia modelos más verificables, menos declarativos y más alineados con riesgo real.

8. Empresas biofílicas: la nueva frontera corporativa

La biofilia —el diseño que integra naturaleza para mejorar bienestar— pasa de ser tendencia estética a nuevo estándar de productividad, salud mental y seguridad laboral. Desde oficinas verdes hasta fábricas bioclimáticas, las empresas biofílicas se posicionan como un diferencial de talento y reputación.

9. El océano enfermo y su factura económica creciente

La salud del océano se deteriora a una velocidad alarmante: contaminación plástica, pérdida de biodiversidad, acidificación. El informe destaca un dato clave: estos impactos ya generan miles de millones de dólares en costos globales. La región no puede ignorar que su futuro económico —turismo, pesca, comercio— depende de un océano sano.

10. La ofensiva regulatoria: responsabilidad extendida del productor (EPR)

Al menos 11 países avanzan con legislación EPR y se espera una aceleración en 2026. Los sistemas de depósito y retorno (DRS), los impuestos al plástico y la trazabilidad obligatoria se convertirán en nuevos costos y nuevos incentivos para transformar envases, procesos y cadenas de valor.

“Después de veinte años de observar esta agenda, creo que la sostenibilidad ya no se define por discursos, sino por la capacidad real de transformar prácticas. Ese es el desafío que planteamos para 2026”, sostiene Alejandro Langlois, director y fundador de ComunicarSe. 

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