RSE: perspectiva comparativa entre Argentina y USA

02.11.2011 | Contratapa

Stephen Jordan - Vicepresidente y Director Ejecutivo del Centro para la Ciudadanía Empresaria - expuso sobre sobre "Conceptos Generales de Responsabilidad Social Empresaria", el día viernes 7 de noviembre en el Hotel Crowne Plaza Panamericano, en el marco de las actividades de capacitación y reflexión previstas por la 5ta. Edición del Premio Ciudadanía Empresaria, promovido por AmCham.


 

Una serie de preguntas iniciales sirvieron de punto de partida del encuentro y para articular algunos conceptos claves en torno de los cuales ejemplificar las diferencias entre la realidad norteamericana y la argentina en materia de ciudadanía empresaria. Las mismas fueron:
- Cómo valerse de la ciudadanía empresarial para superar la crisis?
- Cómo entender la dimensión y el valor social de la empresa más allá del económico?
- Cómo cambiar la mentalidad cortoplacista?
- Cómo entender que el problema no reside en el libre mercado?
- Cómo terminar con una concepción antagónica que enfrenta al gobierno contra el mercado y al mercado contra el gobierno?
El orador del encuentro apuntó que "uno de los problemas fundamentales que la gente no entiende es la relación estrecha que existe entre problemas sociales y problemas económicos". Según Stephen Jordan "en Argentina hay una creciente concientización de esta problemática entre las empresas, no así entre el público en general".
Citando a Hernando de Soto, economista peruano, Jordan desarrolló la teoría sobre la relación fundamental que existe entre confianza y riesgo, recordando que según estadísticas y estudios realizados por el latinoamericano en los países en vías de desarrollo con bajo nivel de confianza, el costo de llevar a cabo una transacción más que duplica el costo de la misma operación en países desarrollados. El acento fue puesto en uno de los problemas fundamentales de las economías en desarrollo: el acceso al crédito. Recordó que "cuanto más alta es la calificación crediticia de un país, más baja es la tasa de interés que debe corresponder, pero Uds. ya saben que en un contexto de alto riesgo por más alta que sea la tasa el flujo de capitales no está asegurado".
Los problemas de confianza, señaló, también tuvieron su impacto en los Estados Unidos, luego del estallido de la burbuja, los escándalos de Enron, Arthur Andersen, Tyco y Adelphia, entre otros, provocaron una pérdida económica valuada en 4 trillones de dólares en el mercado de valores. Más allá de la promulgación de nuevas leyes, dijo Jordan, es preciso que las existentes reflejen de mejor modo las normas sociales de manera de poder eliminar la brecha entre apariencia y realidad y así entonces bajar el riesgo.
Para derribar el mito de que las empresas sólo se preocupan de los resultados económicos, Jordan acercó algunos datos estadísticos correspondientes no sólo a grandes, sino a pequeñas y medianas empresas que reflejan cómo se percibe en EE.UU. el concepto de ciudadanía empresaria:
- El 80% de las empresas están desarrollando en la actualidad algún programa social.
- Más del 80% cree en la importancia del entorno ético.
- En un 74% de las empresas creen que la comunidad tiene el derecho de esperar de parte de las compañías un comportamiento responsable.
- Un 74% de ellas no cree que regulaciones gubernamentales en esta materia tenga algún sentido.
Al mismo tiempo, las empresas encuestadas sienten que no reciben todo el apoyo y comprensión por parte de la ciudadanía en relación a todas las actividades sociales que desarrollan, y destacan lo difícil que es comunicar lo que hacen en pos de la comunidad.
Según Jordan, otro de los factores que inciden en que no se aprecie la actividad de las empresas en este campo, es una cultura generalizada, presente también en los EE.UU, que muestra al empresario como el villano. En el país del norte se registra una enorme erosión de la confianza respecto de las corporaciones que anteriormente alcanzaba el 60% y hoy se ha derrumbado al 6%. Estos datos, generan preocupación en las empresas que buscan cómo expresar mejor sus principios y valores y cómo comunicar eficazmente sus acciones.
Pero en Argentina, según el Presidente del Centro para la Ciudadanía Empresaria, el problema debería abordarse en un estadio anterior, "es preciso reformular la relación entre comunidad y empresas y ver cómo trabajar a nivel sistémico para crear estructuras políticas, económicas y legales que den marco a esa relación". Habló del desafío que esto implica en un país como Argentina, en el cual, "es tan difícil la institucionalización de cualquier tipo que sea".
Para iniciar esta tarea de reformulación, "es preciso generar mayor conciencia (lo más difícil por su alto costo y bajo retorno inicial y por la dificultad de penetrar y modificar patrones de conducta ya establecidos), definir un sistema que detecte las buenas prácticas y crear una cultura que las recompense. El éxito de la misma también se basará en la habilidad de crear alianzas entre las empresas para detectar necesidades y dar respuesta de manera conjunta, creando buenas relaciones entre el gobierno y la comunidad empresaria, aprovechando el conocimiento y experiencia de las ONG.
En una etapa sucesiva, la de la comunicación, Jordan destacó el papel de los medios de comunicación y en especial la televisión, recomendando que es preciso mostrar, no sólo contar, las experiencias y las acciones llevadas a cabo. 
Asimismo, las empresas deben concentrarse en comunicar el proceso y durante el proceso y no ex-post, por lo que es imprescindible mejorar el sistema de información para compartir de mejor modo datos, evaluaciones y análisis críticos.

Una serie de preguntas iniciales sirvieron de punto de partida del encuentro y para articular algunos conceptos claves en torno de los cuales ejemplificar las diferencias entre la realidad norteamericana y la argentina en materia de ciudadanía empresaria. Las mismas fueron:
- Cómo valerse de la ciudadanía empresarial para superar la crisis?
- Cómo entender la dimensión y el valor social de la empresa más allá del económico?
- Cómo cambiar la mentalidad cortoplacista?
- Cómo entender que el problema no reside en el libre mercado?
- Cómo terminar con una concepción antagónica que enfrenta al gobierno contra el mercado y al mercado contra el gobierno?

El orador del encuentro apuntó que "uno de los problemas fundamentales que la gente no entiende es la relación estrecha que existe entre problemas sociales y problemas económicos". Según Stephen Jordan "en Argentina hay una creciente concientización de esta problemática entre las empresas, no así entre el público en general".
Citando a Hernando de Soto, economista peruano, Jordan desarrolló la teoría sobre la relación fundamental que existe entre confianza y riesgo, recordando que según estadísticas y estudios realizados por el latinoamericano en los países en vías de desarrollo con bajo nivel de confianza, el costo de llevar a cabo una transacción más que duplica el costo de la misma operación en países desarrollados. El acento fue puesto en uno de los problemas fundamentales de las economías en desarrollo: el acceso al crédito. Recordó que "cuanto más alta es la calificación crediticia de un país, más baja es la tasa de interés que debe corresponder, pero Uds. ya saben que en un contexto de alto riesgo por más alta que sea la tasa el flujo de capitales no está asegurado".
Los problemas de confianza, señaló, también tuvieron su impacto en los Estados Unidos, luego del estallido de la burbuja, los escándalos de Enron, Arthur Andersen, Tyco y Adelphia, entre otros, provocaron una pérdida económica valuada en 4 trillones de dólares en el mercado de valores. Más allá de la promulgación de nuevas leyes, dijo Jordan, es preciso que las existentes reflejen de mejor modo las normas sociales de manera de poder eliminar la brecha entre apariencia y realidad y así entonces bajar el riesgo.

Para derribar el mito de que las empresas sólo se preocupan de los resultados económicos, Jordan acercó algunos datos estadísticos correspondientes no sólo a grandes, sino a pequeñas y medianas empresas que reflejan cómo se percibe en EE.UU. el concepto de ciudadanía empresaria:
- El 80% de las empresas están desarrollando en la actualidad algún programa social.
- Más del 80% cree en la importancia del entorno ético.
- En un 74% de las empresas creen que la comunidad tiene el derecho de esperar de parte de las compañías un comportamiento responsable.
- Un 74% de ellas no cree que regulaciones gubernamentales en esta materia tenga algún sentido.
Al mismo tiempo, las empresas encuestadas sienten que no reciben todo el apoyo y comprensión por parte de la ciudadanía en relación a todas las actividades sociales que desarrollan, y destacan lo difícil que es comunicar lo que hacen en pos de la comunidad.
Según Jordan, otro de los factores que inciden en que no se aprecie la actividad de las empresas en este campo, es una cultura generalizada, presente también en los EE.UU, que muestra al empresario como el villano. En el país del norte se registra una enorme erosión de la confianza respecto de las corporaciones que anteriormente alcanzaba el 60% y hoy se ha derrumbado al 6%. Estos datos, generan preocupación en las empresas que buscan cómo expresar mejor sus principios y valores y cómo comunicar eficazmente sus acciones.

Pero en Argentina, según el Presidente del Centro para la Ciudadanía Empresaria, el problema debería abordarse en un estadio anterior, "es preciso reformular la relación entre comunidad y empresas y ver cómo trabajar a nivel sistémico para crear estructuras políticas, económicas y legales que den marco a esa relación". Habló del desafío que esto implica en un país como Argentina, en el cual, "es tan difícil la institucionalización de cualquier tipo que sea".
Para iniciar esta tarea de reformulación, "es preciso generar mayor conciencia (lo más difícil por su alto costo y bajo retorno inicial y por la dificultad de penetrar y modificar patrones de conducta ya establecidos), definir un sistema que detecte las buenas prácticas y crear una cultura que las recompense. El éxito de la misma también se basará en la habilidad de crear alianzas entre las empresas para detectar necesidades y dar respuesta de manera conjunta, creando buenas relaciones entre el gobierno y la comunidad empresaria, aprovechando el conocimiento y experiencia de las ONG.
En una etapa sucesiva, la de la comunicación, Jordan destacó el papel de los medios de comunicación y en especial la televisión, recomendando que es preciso mostrar, no sólo contar, las experiencias y las acciones llevadas a cabo. Asimismo, las empresas deben concentrarse en comunicar el proceso y durante el proceso y no ex-post, por lo que es imprescindible mejorar el sistema de información para compartir de mejor modo datos, evaluaciones y análisis críticos.