17 bancos a favor del Tratado para acabar con el uso de combustibles fósiles
La Iniciativa es un esfuerzo mundial para fomentar la cooperación internacional con el fin de acelerar la transición a las energías renovables para todos, poner fin a la expansión del carbón, el petróleo y el gas y, en última instancia, eliminar de forma equitativa la producción existente.
Un grupo de 17 bancos de la Global Alliance for Banking on Values (GABV), entre los que se incluye Fiare Banca Etica, ha respaldado la iniciativa del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles. Están a la vanguardia de un creciente número de instituciones financieras que se unen al llamamiento en favor del Tratado y dan un importante paso adelante en un esfuerzo mundial por abordar la causa fundamental de la crisis climática: la producción y el uso de petróleo, gas y carbón.
La GABV es la red de los bancos social y ambientalmente más responsables del mundo e incluye a Fiare Banca Etica. Los miembros de la GABV que respaldan la propuesta del Tratado sobre Combustibles Fósiles son:
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Amalgamated Bank (EEUU)
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Banca Etica (Italia, España)
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BancoSol (Bolivia)
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Beneficial State Bank (EEUU)
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Centenary Bank (Uganda)
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Clearwater Credit Union (EEUU)
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Climate First Bank (EEUU)
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Ekobanken (Suecia)
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Finca DRC (República Democrática del Congo)
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Merkur Cooperative Bank (Dinamarca)
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NMB Bank (Nepal)
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Summit Credit Union (Estados Unidos)
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Sunrise Banks (Estados Unidos)
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Triodos Bank (Países Bajos, Bélgica, Reino Unido, España, Alemania)
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Unity Trust Bank (UK)
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Vancity (Canadá)
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vdk bank (Bélgica)
Una campaña mundial para eliminar progresivamente los combustibles fósiles
La Iniciativa del Tratado de No Proliferación de los Combustibles Fósiles es un esfuerzo mundial para fomentar la cooperación internacional con el fin de acelerar la transición a las energías renovables para todos, poner fin a la expansión del carbón, el petróleo y el gas y, en última instancia, eliminar de forma equitativa la producción existente. El Tratado refleja lo que la ciencia demuestra que es necesario hacer frente a la crisis climática.
La propuesta ha ganado adeptos en todo el mundo. El apoyo de diversos sectores reconoce la necesidad urgente de actuar para detener la proliferación y empezar a reducir progresivamente el uso del carbón, el petróleo y el gas, los principales impulsores de la aceleración de la emergencia climática y del aumento de la desigualdad. Estos bancos se unen a otras partes interesadas, como la Organización Mundial de la Salud, el Parlamento Europeo y un bloque cada vez mayor de 12 estados que ya piden un nuevo tratado internacional para la transición hacia el abandono del petróleo, el gas y el carbón.
Aunque el Acuerdo de París estableció un objetivo climático mundial crucial, muchos gobiernos siguen aprobando nuevos proyectos de carbón, petróleo y gas. El Informe sobre la Brecha de Producción 2023 del PNUMA advertía de que los planes de extracción de combustibles fósiles minan las posibilidades del mundo de cumplir nuestros objetivos climáticos globales. El informe reveló que, a pesar de sus compromisos climáticos, los gobiernos siguen planeando producir alrededor de un 110% más de combustibles fósiles en 2030 de lo que sería coherente con la limitación del calentamiento a 1,5 ºC.
El papel del sector bancario
Según el informe Banking on Climate Chaos publicado en 2023, desde que se firmó el Acuerdo de París los bancos del mundo han inyectado 5,5 billones de dólares en combustibles fósiles. Según un informe reciente de Topo Finance, si los mayores bancos y gestores de activos de Estados Unidos fueran un país, serían el tercer país emisor del mundo, por detrás de China y Estados Unidos.
En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP26, celebrada en Glasgow en 2021, los principales bancos occidentales se comprometieron a reducir su huella de carbono e invertir en iniciativas ecológicas con el objetivo de alcanzar las emisiones netas cero en 2050. A pesar de los compromisos, la proporción de financiación bancaria para proyectos energéticos con bajas emisiones de carbono con respecto a los combustibles fósiles no alcanza los objetivos, como revela una investigación de Bloomberg NEF. Además, los bancos con objetivos de emisiones netas cero han concedido importantes préstamos a empresas de petróleo, gas y carbón que amplían sus actividades relacionadas con los combustibles fósiles.
David Reiling, presidente de la GABV y CEO de Sunrise Banks, explica que el sector financiero mundial tiene que desempeñar un papel fundamental uniendo a la comunidad empresarial y presionando para que se abandone la producción de combustibles fósiles. "El Tratado sobre Combustibles Fósiles es un acuerdo vinculante, señal de que las empresas están preparadas y dispuestas a asumir este compromiso. Al firmar este Tratado, estamos igualando las condiciones e impulsando una transición global y equitativa para cumplir nuestro Compromiso Cero Neto de 2050. Aplaudo a estos 17 bancos de la GABV por liderar el camino. Espero que más bancos y empresas basados en valores firmen el Tratado y se unan a la creciente iniciativa para avanzar hacia un futuro más limpio y sostenible".
Para Anna Fasano, presidenta de Banca Etica, “Las finanzas éticas tienen entre sus principales objetivos financiar un desarrollo que salvaguarde el planeta y combata el cambio climático. Por eso los bancos éticos siempre se han negado a financiar combustibles fósiles y, en cambio, apoyan la producción de energía a partir de fuentes renovables, junto con proyectos de mitigación del cambio climático. Banca Etica -junto con otras instituciones de la Alianza Global para la Banca de Valores- ha decidido con convicción sumarse al compromiso por un Tratado sobre la no proliferación de los combustibles fósiles para mejorar aún más sus esfuerzos hacia la protección del clima y contribuir a aumentar la atención de las instituciones políticas nacionales e internacionales y de la opinión pública hacia la emergencia climática que requiere acciones globales mucho más incisivas que las implementadas hasta ahora.”
Más de 3.000 científicos y académicos, 101 premios Nobel, cientos de profesionales de la salud, miles de instituciones religiosas, entre ellas un número creciente de organizaciones indígenas y activistas juveniles, más de 100 ciudades y gobiernos subnacionales, más de 600 parlamentarios de todo el mundo y un número cada vez mayor de empresas piden ya un Tratado para eliminar progresivamente los combustibles fósiles y acelerar una transición energética justa.
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