Catorce gigantes del retail se unen contra el desperdicio de alimentos
El Consumer Goods Forum (CGF) lanzó el pasado 17 de agosto una Coalición de Acción sobre el Desperdicio de Alimentos que reúne a catorce de los minoristas y fabricantes de alimentos más grandes del mundo con el objetivo de reducir a la mitad de la pérdida mundial de alimentos.
La Coalición y sus miembros, con la participacón explícita de los CEO, asumen compromisos orientados a acelerar cambios sostenibles a escala global que puedan contribuir a reducir la pérdida de alimentos en las cadenas de suministro. La nueva Coalición basará sus planes en los cinco años de experiencia que ya tiene el CGF abordando esta problemática.
El desperdicio de alimentos es un enorme problema ambiental, social y económico. Un tercio de los alimentos producidos nunca se consume, lo que equivale a aproximadamente 1.300 millones de toneladas de alimentos que se pierden cada año. Eso representa un costo económico global de USD $ 940 mil millones. El desperdicio de alimentos también es responsable de emitir 3.300 millones de toneladas de gases de efecto invernadero a la atmósfera del planeta anualmente. Si el desperdicio de alimentos fuera un país, su huella de carbono sería la tercera después de China y EE. UU.
Los 14 miembros fundadores de la Coalición son Ahold Delhaize, Barilla, Bel Group, General Mills, Kellogg Company, Majid Al Futtaim, McCain Foods, Merck Animal Health, Metro AG, Migros Ticaret, Nestlé, Sainsbury, Tesco y Walmart. Será liderada por Dave Lewis, director ejecutivo del grupo Tesco, y Max Koeune, presidente y director ejecutivo de McCain Foods. El Comité Directivo de la Coalición está copresidido por Francisco Cordero, de Kellogg Company y Brittni Furrow de Ahold Delhaize USA.
A través de su participación en la Coalición, loa miembros asumirán tres compromisos:
1) reconocer la importancia crítica de medir y reportar los datos de pérdida de alimentos, y los miembros se comprometen a reportar sus datos para 2021.
2) Apoyar la iniciativa "Champions 12.3", una alianza de múltiples partes interesadas en el que el CGF participa desde hace mucho tiempo y que trabaja para alcanzar la meta 12.3 los ODS de la ONU para reducir los desperdicios de alimentos en el mundo. El plan es darle mayor escala a esta iniciativa e involucrar a sus proveedores y otras partes interesadas de su cadena de valor.
3) Abordar la pérdida de alimentos en el nivel posterior a la cosecha, que es donde se genera el 30 % del desperdicios, mediante la participación de las partes interesadas para desarrollar estrategias innovadoras y efectivas de prevención de la pérdida de alimentos.
Ignacio Gavilán, Director de Sostenibilidad Ambiental del CGF, dijo: “La pérdida de alimentos es un problema global serio y solo se puede abordar de manera efectiva a través de una acción colectiva comprometida. El lanzamiento de la Coalición de Acción sobre el Desperdicio de Alimentos es un paso positivo e importante para crear estrategias alimentarias sostenibles y prevenir pérdidas, y esperamos ver el impacto que tendrá la Coalición en el tema”.
Para apoyar los compromisos globales de la Coalición, el grupo también está creando grupos de trabajo regionales para impulsar la implementación a nivel local y para ayudar a involucrar a las partes interesadas clave en esas regiones. Los grupos incluyen a América del Norte, América Latina y China y Japón.
Con sus compromisos y acciones, la Coalición aspira a tener un papel relevante en el esfuerzo por reducir el desperdicio, reducir el estrés en el medio ambiente, beneficiar a la economía global y garantizar que más alimentos lleguen a las tiendas y a las mesas de los consumidores.
Se trata sin dudas de uno de los grandes retos pendientes para lograr la plena seguridad alimentaria, un desafío frente al cual América Latina y el Caribe no es ajeno: la FAO estima que el 6% de las pérdidas mundiales de alimentos se dan en América Latina y el Caribe y cada año la región pierde y/o desperdicia alrededor del 15% de sus alimentos disponibles, a pesar de que 47 millones de sus habitantes aún viven día a día con hambre.
Según la FAO, las pérdidas y desperdicios impactan la sostenibilidad de los sistemas alimentarios, reducen la disponibilidad local y mundial de alimentos, generan menores ingresos para los productores y aumentan los precios para los consumidores. Además, tienen un efecto negativo sobre el medio ambiente debido a la utilización no sostenible de los recursos naturales. Por todo lo anterior, enfrentar esta problemática es fundamental para avanzar en la lucha contra el hambre y debe convertirse en una prioridad para los gobiernos de América Latina y el Caribe.
- Los incentivos para el sector privado
Los operadores del sector alimentario tienen un aliciente para aplicar medidas dirigidas a reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos si los beneficios de hacerlo superan los costos. En un reciente informe elaborado por el WRI y el WRAP, se estudia la justificación financiera para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos analizando casi 1 200 centros de negocio en 17 países desarrollados y en desarrollo. Se constató que más del 99% de los centros obtuvieron un rendimiento positivo de la inversión en reducción de la pérdida de alimentos; el rendimiento económico mediano de los centros fue 14 veces su inversión. Los centros más cercanos a la etapa de consumo de la cadena de suministro de alimentos solían tener una relación costo/beneficio mediana más elevada que los que se encontraban más cerca de la etapa de producción.
Este rendimiento indica que puede existir una justificación financiera sólida para que las empresas reduzcan la pérdida y el desperdicio de alimentos.
En el informe se menciona el ejemplo de un fabricante de productos alimenticios del Pakistán que aplicó una serie de medidas para reducir las pérdidas de alimentos, como mejorar la refrigeración y el almacenamiento, reforzar la formación de los ganaderos lecheros y el intercambio de mejores prácticas y poner en marcha procesos de gestión ágiles. Estos esfuerzos dieron como resultado un rendimiento del 25% de la inversión de la empresa. Otro ejemplo es el de un proveedor de servicios alimentarios de Europa occidental cuyos esfuerzos por reducir el desperdicio, como utilizar más alimentos semielaborados, mejorar la previsión de la demanda de comidas, formar al personal y hacer partícipes a los consumidores, tuvo una relación costo-beneficio de casi 25:1.
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