Empresas biofílicas: la nueva frontera de la sostenibilidad empresarial

20.08.2025 | Tendencias

Ya no alcanza con ser sustentable desde el piso de producción, sino que se busca reconectar con lo vivo, lo cultural y lo local. Esa es la fuerza impulsora detrás del concepto de las "empresas biofílicas", según un análisis reciente del Foro Económico Mundial.


Una empresa biofílica es aquella que integra de manera consciente la naturaleza y sus principios en el diseño de sus espacios, productos y procesos, con el objetivo de mejorar el bienestar humano y regenerar los ecosistemas. No se trata solo de decorar oficinas con plantas, sino de incorporar materiales naturales, luz, ventilación y patrones inspirados en la biodiversidad para reconectar a las personas con su entorno. Según el Foro Económico Mundial (WEF), este enfoque va más allá de la estética: promueve productividad, salud y creatividad en los trabajadores, al mismo tiempo que impulsa modelos de negocio más resilientes y alineados con la sostenibilidad.

En el artículo "Por qué las empresas biofílicas pueden redefinir la sostenibilidad" , Elena Raevskikh (jefa de Investigación de Turismo en Abu Dhabi) y Giovanna Di Mauro ( Zayed University) subrayan que estas empresas van más allá de poner plantas en una oficina. “Integran valores ecológicos, patrimonio cultural y saberes locales en el núcleo de sus prácticas”, explican, logrando una visión que redefine la sostenibilidad misma.
 
No es solo una nueva estética: es una economía que apuesta por entregar "identidad, memoria y pertenencia", utilizando técnicas ancestrales, materiales naturales y un circuito productivo local en lugar del consumo masivo y las cadenas de producción globalizadas. 
 
La mesa redonda inaugural del WEF sobre Liderazgo en Resiliencia reforzó esta idea: ante crisis comerciales, conflictos geopolíticos o interrupciones en las cadenas globales, las empresas que actúan a escala local tienen una ventaja estratégica, porque fortalecen su comunidad, su identidad y su modo de operar. 
 
Las estrategias biofílicas funcionan como anclajes culturales: transmiten técnicas intergeneracionales (como el tejido con fibras naturales), usan materiales que reducen la huella ecológica (madera, pigmentos minerales, lana) y construyen narrativas con anclaje en el territorio y la comunidad.
 
El modelo económico tradicional valora la escala y la formalización. Pero las "empresas biofílicas" operan en ese “margen” no por necesidad, sino con intención: son resilientes, reducen vulnerabilidades y construyen valor que no se ve en el PIB pero sí en la cohesión social, el legado cultural y la sostenibilidad real.
 
Para avanzar hacia una economía regenerativa, hay que reconocer el poder de lo local, lo informal y lo simbólico—y ponerlo en el centro.
 
Interface (cuándo no) fue pionera en trasladar el concepto de diseño biofílico al mundo corporativo cuando, a mediados de los años noventa, introdujo alfombras modulares inspiradas en patrones de la naturaleza, como hojas, piedras o cortezas. Este enfoque no solo transformó la estética de los espacios de trabajo, sino que también abrió la puerta a entornos más saludables y creativos. Con su colección Entropía (1994), la compañía demostró que imitar la irregularidad y la diversidad de los ecosistemas podía reducir desperdicios en la producción y, al mismo tiempo, generar ambientes laborales que mejoran el bienestar de los empleados. Hoy Interface es reconocida globalmente como un referente del diseño biofílico aplicado a la industria, marcando un camino que otras empresas han seguido en la búsqueda de espacios más humanos y sostenibles.
 
Un ejemplo reciente de gran escala es Amazon, que en su sede de Seattle construyó “The Spheres”, tres cúpulas de vidrio que albergan más de 40.000 plantas de todo el mundo y funcionan como espacios de trabajo e innovación rodeados de naturaleza. En el otro extremo, pymes como la colombiana VerdeVivo, especializada en muros y techos verdes, han llevado la biofilia a oficinas, colegios y hospitales, demostrando que esta tendencia no es exclusiva de gigantes tecnológicos, sino que puede adaptarse a distintos presupuestos y contextos, con impactos positivos tanto en la productividad como en la salud de las personas.
 
Según el World Economic Forum (2025), el mercado global de soluciones de diseño biofílico podría superar los 150.000 millones de dólares en 2026, impulsado por la creciente demanda de espacios corporativos que reduzcan el estrés y mejoren la salud mental. “La biofilia ya no es un lujo estético, sino un estándar emergente de bienestar laboral y ventaja competitiva”, afirmó en el panel del WEF la arquitecta y urbanista Jeanne Gang, subrayando que las empresas que no incorporen naturaleza en sus entornos corren el riesgo de quedar rezagadas frente a una nueva generación de trabajadores que prioriza la conexión con lo vivo.

Añadir nuevo comentario