Las compensaciones de carbono en la mira

19.03.2025 | Cambio Climático

El año 2024 pasará a la historia como el año en que  la compensación y el mercado del carbono empezaron a ser cuestionados. Una de las herramientas estelares de las estrategias de descarbonización y reducción de impacto en el clima comenzó a ser puesta en duda. Patagonia e Interface ya lo dejaron de lado.


Todo arrancó a principios del año pasado cuando la Science Based Targets Initiative  anunció una guía para que las empresas puedan utilizar los “certificados de atributos ambientales”, incluidos los créditos de carbono, para dar cuenta del cumplimiento de sus objetivos climáticos, específicamente aquellos relacionados con las emisiones de Alcance 3. Esté anuncio no fue bien recibido por las organizaciones ambientales, que advirtieron que esta actualización sería más flexible con las pautas sobre el uso de compensaciones. 

La sociedad civil decidió entonces ir un paso más allá. Más de 80 organizaciones se unieron para pedir a las empresas que directamente excluyan el uso de compensaciones de carbono en sus planes de transición, argumentando que la práctica de comprar créditos de carbono para cumplir los objetivos climáticos retrasa las reducciones de emisiones en el mundo.

Una de las organizaciones que cofundó SBTi, la mismísima World Wildlife Fund (WWF) emitió un comunicado cuestionando parte del enfoque de la Iniciativa. En el mismo, expresan que “Las compensaciones no pueden sustituir la reducción de las emisiones de las operaciones, los productos y las cadenas de valor de la empresa. Para apoyar la transformación radical que necesitamos ver en las empresas, WWF ha defendido durante mucho tiempo que la compensación de carbono debe limitarse en su aplicación a abordar un pequeño porcentaje de las emisiones residuales, reforzarse con una mayor responsabilidad y perseguirse como parte de un enfoque integral y definido".

"Los créditos de carbono envían una señal engañosa sobre los esfuerzos necesarios para emprender acciones climáticas y socavan los precios del carbono al proporcionar una sensación falsa de la existencia de opciones de reducción ultrabaratas en todo el mundo", indicaron los firmantes. 

La empresa de alfombras Interface, pionera en programas de descarbonización, anunció en abril un cambio en su estrategia, que ahora se centrará en la reducción y el almacenamiento de carbono y no permitirá acciones de compensación.  El anuncio dice que a partir de 2025, Interface va a reconvertir sus antiguas inversiones en compensaciones para acelerar proyectos de innovación que se traducirán en reducciones directas de carbono y almacenamiento de carbono tanto en sus procesos internos como a lo largo de su cadena de suministro.

La empresa Patagonia también pegó el volantazo. Desde hace meses se puede leer en su sitio web que “comprar compensaciones para llegar a ser carbono neutrales no borra la huella que creamos y no nos va a salvar en el largo plazo. La mayor parte de nuestras emisiones—el 95 por ciento—viene de nuestra cadena de suministro y la manufactura de materiales. Asumimos la responsabilidad por todas ellas”, promete. 

Los críticos han advertido de que la venta de compensaciones puede disuadir a los contaminadores de reducir directamente sus propias emisiones de carbono. En medio de estas preocupaciones, el Mercado Voluntario de Carbono ha experimentado una fuerte caída en su valor. Según el informe State of the Voluntary Carbon Market 2024 de Ecosystem Marketplace, el mercado se redujo de casi 2.000 millones de dólares en 2022 a unos 700 millones en 2023. 

Un estudio de junio de 2024 mostró que el 90% de los créditos de carbono que se comercian actualmente provienen de emisiones que se han evitado reallizar, y solo el 10% se corresponde con emisiones que hayan sido realmente disminuídas o directamente eliminadas.

 

Este artículo forma parte de la publicación de ComunicarSe "TOP 10 de tendencias en sostenibilidad empresaria en América Latina 2025"

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