América Latina y el Caribe: una superpotencia en Biodiversidad
Heraldo Muñoz es Subsecretario General de la ONU, Administrador Auxiliar y Director Regional del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo para América Latina y el Caribe. En este artículo analiza cómo La biodiversidad y los ecosistemas brindan a América Latina y el Caribe una gran ventaja competitiva. "En esta nueva era ya no hablaremos ya del “costo” de proteger el medio ambiente, sino que reconoceremos que la protección del medio ambiente y el desarrollo están interrelacionadas", afirma.
La biodiversidad y los ecosistemas brindan a América Latina y el Caribe una gran ventaja competitiva. En un mundo que demanda mayor sustentabilidad, nuestra región tiene una enorme oportunidad.
Los ciudadanos de América Latina y el Caribe debemos tomar conciencia de que poseemos la mayor biodiversidad del mundo. Sólo América del Sur tiene casi la mitad de la biodiversidad terrestre, más de un cuarto de sus bosques, y es la más biológicamente diversa del globo. Desde el magnífico bosque tropical de la Amazonía, hasta el mayor arrecife del Hemisferio Occidental (el arrecife mesoamericano), desde los altos Andes a las Islas Galápagos, desde la Patagonia a la Antártica, la región goza de una magnifica diversidad de ecosistemas y de vida.
En esta primera década del milenio, debemos avanzar hacia una nueva era de conservación y manejo sostenible de nuestras riquezas naturales. Y nuestra región está posicionándose como líder en ese camino. El desarrollo y la biodiversidad deben ir de la mano. Esta es una de las conclusiones que se desprenden del Informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) América Latina y el Caribe: Una Super Potencia de Biodiversidad [1].
Hacia un manejo sustentable de los Ecosistemas
El Informe del PNUD demuestra no sólo los efectos económicos negativos a largo plazo de las prácticas habituales no sostenibles (“Business as Usual”), sino que, lo más interesante de todo, provee lineamientos de cómo transitar a un escenario denominado “Manejo Sustentable de los Ecosistemas”; es decir, integrando al proceso de toma de decisiones el valor económico de la biodiversidad y de los servicios de los ecosistemas.
“Estoy convencido de que en esta nueva era ya no hablaremos ya del “costo” de proteger el medio ambiente, sino que reconoceremos que la protección del medio ambiente y el desarrollo están interrelacionada”
El Informe del PNUD América Latina y el Caribe: Una Super Potencia de Biodiversidad [1] ofrece además recomendaciones de políticas para fortalecer un entorno económico y legal que facilite el manejo sustentable de los recursos de biodiversidad, valore la contribución de los recursos de biodiversidad y de los servicios de los ecosistemas, y promueva la innovación en el manejo sustentable de la biodiversidad.
Soy optimista. En Brasil, el sector público y privado realizan considerables esfuerzos para conservar la biodiversidad.
La tasa de deforestación anual en el Amazonas se ha reducido por más del 70% en los últimos cuatro años, y Brasil ha decidido reducir esa tasa en un 80% para el año 2020. A su vez, grandes industrias y empresas han decidido asumir compromisos de sustentabilidad. La asociación de exportadores de carne de Brasil, por ejemplo, se ha comprometido a prohibir la compra de ganado que ocupe nuevas áreas deforestadas en el Amazonas. Algo muy similar sucede con la soja desde 2006: la industria brasileña ha dejado de comprar soja producida en tierras desforestadas.
Otro ejemplo ilustrativo lo representan las áreas protegidas en México que contribuyen al menos 3.500 millones de dólares al año a la economía del país; cada peso mexicano invertido en dichas áreas protegidas genera 52 pesos a la economía.
Apertura de nuevos mercados
Estoy convencido de que en esta nueva era ya no hablaremos ya del “costo” de proteger el medio ambiente, sino que reconoceremos que la protección del medio ambiente y el desarrollo están interrelacionadas. Van de la mano.
“Las consultas realizadas en la región nos brindan un mensaje de optimismo”
Vemos, por ejemplo, que el ecoturismo, y los productos certificados que hacen uso sustentable de la biodiversidad han abierto importantes mercados. También ya se constituyen redes comerciales de cosméticos y productos farmacéuticos basados en el uso sustentable de la biodiversidad. Y las tecnologías emergentes tales como la biotecnología, la bioprospección y la biomimética (que estudia la naturaleza como fuente de inspiración y encuentra soluciones en ella) son campos revolucionarios que podrían contribuir a un mayor desarrollo en la región.
En América Latina se encuentra el mayor bosque tropical aún intacto del mundo. Este bosque no sólo sirve de reserva de grandes cantidades de carbono, sino sirve además como un sistema natural de captura y secuestro de carbono de la atmósfera (estimaciones científicas indican el bosque tropical captura aproximadamente una tonelada de carbón por hectárea por año). Adicionalmente, la humedad reciclada por estos bosques es la base de la seguridad agrícola e hidroeléctrica de varios países.
Ventaja competitiva
La biodiversidad y los ecosistemas brindan a América Latina y el Caribe una gran ventaja competitiva. Las consultas realizadas en la región nos brindan un mensaje de optimismo y nos presentan buenas lecciones de usos de la biodiversidad y de los servicios de los ecosistemas.
“En un mundo que demanda mayor sustentabilidad, nuestra región tiene una enorme oportunidad. No podemos desaprovecharla”
La conservación de este capital natural presenta una oportunidad para la creación de un nuevo paradigma del desarrollo, basado en la integridad ecológica y la equidad social.
En suma, debemos fortalecer los instrumentos económicos y jurídicos que faciliten el manejo sustentable de los recursos de biodiversidad, valorar económicamente dichos recursos, promover más educación sobre el tema, y apoyar la innovación basada en el manejo sustentable de la biodiversidad.
En un mundo que demanda mayor sustentabilidad, nuestra región tiene una enorme oportunidad. No podemos desaprovecharla, para así beneficiar a las actuales y las futuras generaciones.