Martin Lidegaard, Ministro de Dinamarca para el Clima, Energía y Construcción, dijo que "Dinamarca volverá a ser el líder mundial en la transición hacia la energía verde. Esto nos preparará para un futuro con aumento de precios del petróleo y el carbón. Por otra parte, se crearán los empleos que tanto necesitamos, ahora y en los próximos años. "

En primer lugar, la ley pone como metas reducir los gases de efecto invernadero (GEI) un 34% por debajo de los niveles de 1990 para 2020 y reducir el consumo energético un 12% por debajo de los niveles de 2006. En segundo lugar, suministrar el 35% de energía de fuentes renovables, con la eólica que proporciona un 50%. El resto vendría de fuentes de calor renovable, red inteligente, el biogás, y otras tecnologías verdes.

El proyecto es importante en el objetivo político de que la oferta total de energía de Dinamarca (electricidad, calefacción, industria y transporte) logre estar cubierto por la energía renovable en el año 2050.

La energía eólica, que Dinamarca siempre ha explotado, en la actualidad ofrece un 25% de la electricidad del país. Vestas, es el mayor fabricante del mundo de  turbinas,  y allí se encuentra.

El plan describe las metas y estrategias de financiación para todos los sectores de la sociedad, incluyendo la industria y el transporte.

Se darán incentivos para que las plantas de energía a gran escala reemplacen el carbón por biomasa y se comprometen fondos para promover la energía geotérmica; además, asigna fondos para ayudar a convertir los edificios existentes con  calderas de petróleo a las energías renovables.

Dispone la prohibición de calderas de aceite y de gas natural en los edificios nuevos a partir de 2013 y en los edificios existentes desde 2016.

Se subvenciona inversiones en eficiencia energética en la industria y el uso de energías renovables en los procesos de producción y el desarrollo de una estrategia integral de redes inteligentes para que las energías renovables puedan alimentar la red eléctrica.

Incluye un ambicioso plan de ampliación de biogás en procesos industriales, la red de gas natural y el transporte.

El desarrollo de una estrategia para promover vehículos eficientes, las subvenciones de estaciones de carga para el coche eléctrico de, la infraestructura de hidrógeno y la infraestructura de gas natural para el transporte pesado, son partes importantes del proyecto. 

Además, establece que los combustibles deberán contener 10% de biocombustibles para el año 2020. "En el largo plazo", dice el plan, "el sector del transporte se enfrentará a una conversión radical y pasará de los combustibles fósiles a la electricidad y los biocombustibles."