La financiación de las ONG podría caer hasta un 15% respecto a 2011 y el sector privado será la principal fuente de crecimiento

23.11.2012 | Europa

Según un informe elaborado por el Instituto de Innovación Social de ESADE, Fundación “la Caixa” y Fundación PwC, se prevé que la financiación a las ONG en España caerá, respecto a 2011, entre un 2% en la hipótesis más optimista y un 15% en la más pesimista. En este último escenario, el director del Instituto de Innovación Social de ESADE, Ignasi Carreras, augura que “entre el 20 y el 25% de las ONG pasarán de ser activas a inactivas”.


Además, el estudio augura que las opciones de crecimiento provendrán esencialmente del ámbito privado, con unos donantes que cambiarán sus exigencias a las entidades en términos de profesionalidad y transparencia.

A diferencia de la percepción generalizada, el informe indica que entre el 2008 y el 2011 se mantuvo el status quo económico de las ONG: la financiación pública compensó la caída en financiación privada. Sólo en el 2011 el sector recibió más de 8.000 millones de euros de financiación, con una alta dependencia de la financiación pública (70% del total), y más del 20% de la financiación privada procedente de la Obra Social de las Cajas de Ahorro. En ese periodo el volumen de empleo superó los 400.000 empleados remunerados, representando el 1% del PIB.

Más demanda y menos recursos

El estudio señala el año 2012 como el punto de inflexión con la llegada real de la crisis para el Tercer Sector de Acción Social. E Indica varios motivos. Caídas en la financiación de más del 10%, dificultades de cobro cada vez más acuciantes, crecientes costes financieros y un entorno donde las fuentes tradicionales de financiación se secan a gran velocidad.

En este sentido, el director del Instituto de Innovación Social de ESADE, Ignasi Carreras, augura que “los años 2012 y 2013 van a representar un auténtico tsunami en cuanto a la reducción de los recursos económicos de las ONG. Y eso acontece justo cuando la demanda social sigue creciendo significativamente. Muchas de ellas van a tener que reinventarse en profundidad”, alerta.

Un estudio para mejorar el Tercer Sector

El Instituto de Innovación Social de ESADE, la Obra Social “la Caixa”, la Fundación de PwC han puesto marcha un proyecto de colaboración para analizar de forma cuantitativa y cualitativa el Tercer Sector de Acción Social en España y así proponer mejoras que garanticen su futuro y sostenibilidad.

La iniciativa se plasma en la elaboración del “Estudio sobre el presente y futuro del Tercer Sector en un entorno de crisis” y ha sido presentada hoy en CaixaForum Barcelona por Jaume Lanaspa, director general de la Fundación “la Caixa”; Javier Garilleti, director de la Fundación PwC; y por Ignasi Carreras, director del Instituto de Innovación Social de ESADE.

Dicho informe busca impulsar un proceso que facilite la reflexión del Tercer Sector de Acción Social sobre los retos que enmarcan su futuro, defina los ejes prioritarios que deben determinar su desarrollo y actuación en los próximos años, y plantee un conjunto de propuestas en torno a los mismos. Este proyecto, que verá la luz en los próximos meses, parte de la premisa de contar con la colaboración y opinión de distintos protagonistas y expertos. Además, aspira a presentar un conjunto de reflexiones y propuestas que puedan ser de valor, tanto para responsables de las distintas administraciones y gestores de las organizaciones del Tercer Sector, como para las empresas e instituciones comprometidas con el mismo.

Desde el punto de vista de los tres promotores de la iniciativa, el Tercer Sector se ha convertido en un actor clave en el desarrollo so­cial y económico del país. En este sentido, se ha venido transformando en un vehículo cada vez más importante de estructuración y solución de las crecientes demandas e iniciativas de la sociedad española en el ámbito de lo social. Su relevancia se refleja en las dimensiones crecientes del fenómeno: el número de organizaciones que lo integran, la multiplicidad de demandas sociales que satisfacen, la inversión social que canalizan, el número de beneficiarios a los que atienden, el empleo que generan y el voluntariado que movilizan.