La City de Londres tembló al oír el nombre de Cynthia Carroll. «¡Es una mujer!», exclamó un analista. «¡Ellos nunca la aceptarán!», concluyó el anónimo envidioso, cuya reacción quedó impresa negra sobre blanco en The Sunday Times. Junto a esas líneas, la imagen de una mujer feliz enfundada en un traje de chaqueta de raya diplomática y con las manos apoyadas sobre la cabeza de un tigre de metal.

La señora Carroll vive ahora en Quebec (Canadá). En enero de 2007 se trasladará a Londres y en marzo empezará su nuevo trabajo. Fueron entrevistados varios candidatos dentro y fuera de la compañía. Con esta noticia se han terminado meses de especulaciones sobre la sucesión de Tony Trahar, director ejecutivo de la todepoderosa Anglo American, la tercera empresa de minería más potente del planeta. El relevo se lo dará, efectivamente, Cynthia Carroll, una estadounidense de 49 años que hasta ahora trabajaba en Alcan, multinacional del aluminio.
«Tras entrevistarla, supimos que tiene fuerza para hacer este trabajo porque ha estado desenvolviéndose en una industria dominada por los hombres desde hace mucho tiempo», justificó la elección Sir Mark Moody-Stuart, presidente de Anglo American.

La empresa fue fundada en 1919 por Ernest Oppenheimer, y es su nieto, Nicky, quien mantiene aún las acciones de la familia.
Desde que hace poco más de una semana se conoció la noticia, todo lo que se ha contado sobre Cynthia ha versado sobre su condición de mujer. El 99% de lo escrito refiere su papel en un mundo de hombres o su vida como madre, esposa y mujer de negocios o sus curiosas costumbres, que pasan por conciliar la vida laboral y familiar.
Que muerdan el polvo los tiburones de la City que se llevan las manos a la cabeza por el nombramiento de la señora Carroll: esta mujer se va a convertir en una de las ejecutivas mejor pagadas del mundo. Todo el mundo daba por hecho que el puesto de presidente de Anglo American estaba reservado para Philippe Varin, de Corus. Un hombre, claro. Pero no.

El contrato de Carroll marea: un sueldo anual de 900.000 libras (1,3 millones de euros), que se puede convertir en un salario de tres millones (en euros son 4,41) si se le suman bonos y otros suculentos premios...
A día de hoy, según datos publicados por la revista Forbes, la presidenta de Alcan cobraba 2,6 millones de dólares (unos dos millones de euros). Nada mal, tampoco, aunque ahora le van a pagar el doble.
(The Times - El Mundo / Traducción: ComunicaRSE)