Viña sudamericana cumple con norma de RSE para comercializar con mercados escandinavos
La Viña Cono Sur se convirtió en la primera empresa vitivinícola de Sudamérica en cumplir con todos los requisitos que exige el código de conducta Business Social Compliance Initiative (BSCI). Esta normativa será obligatoria, en un corto plazo, para todas las viñas que quieran comercializar sus productos en algunos de los principales mercados escandinavos.
El código Business Social Compliance Initiative (BSCI) certifica que la Viña Cono Sur es la primera Viña Sudamericana que cumple con los máximos estándares sociales y medioambientales en su proceso productivo.
La normativa – creada hace una década por el Foreign Trade Association con el objetivo de establecer las bases para un sistema común internacional de monitoreo de cumplimiento social- será obligatoria en un corto plazo para todas las Viñas que quieran comercializar sus productos en Suecia, Finlandia, Islandia, Noruega e Islas Faroe.
"Ser la primera viña en implementar este exigente código de conducta es reflejo del fuerte compromiso que tenemos con el medioambiente y las personas, en pos de la producción sustentable. Es parte esencial de nuestra filosofía”, afirma Adolfo Hurtado, Gerente General y Enólogo Jefe de Viña Cono Sur.
Recibir la certificación BSCI, es un hito que Cono Sur suma a su extensa lista de iniciativas en la búsqueda y mantención de un trabajo sustentable. El año 2011 fue elegida “Green Company of the Year,” en el marco del certamen “Green Awards” que realiza todos los años la revista británica Drinks Business. Además, el año 2010 ya se había convertido en la primera Viña Sudamericana, y tercera en el mundo, en medir la totalidad de su Huella de Carbono tras recibir la ISO 14.064, certificación que otorga CarboNZero a través de CEMARS™ (Esquema de Certificación de Medición y Reducción de Emisiones), y que es reconocida en los 50 mayores mercados de exportación.
A esto se suma su constante renovación del estatus CarbonNeutral® Delivery, título que la bodega chilena tiene desde hace 6 años, y que asegura que ha medido y compensado el CO2 producido por el transporte de sus vinos, mediante proyectos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.