Investigan la efectividad de los mecanismos de denuncia de los bancos de desarrollo
Un nuevo informe de SOMO evalúa el grado en que los mecanismos de denuncia de los bancos de desarrollo están equipados para manejar las quejas de las personas afectadas por proyectos financiados por la entidad. El informe revela que los mecanismos de quejas rara vez proporcionan soluciones adecuadas a las comunidades debido a que sus decisiones no son vinculantes, entre otras razones.
Como resultado de la presión de la sociedad civil, muchos bancos de desarrollo han establecido mecanismos de rendición de cuentas independientes -también llamados mecanismos de denuncia- que reciben quejas de las comunidades y los trabajadores afectados por las actividades de las empresas financiadas por estos Bancos.
Si bien la estructura y procedimientos de estos mecanismos varían entre los bancos, se basan en principalmente en una investigación para determinar si se han violado las políticas ambientales y sociales de la entidad.
Los mecanismos de denuncia a menudo son el único recurso disponible para las comunidades perjudicadas por los proyectos de desarrollo y actualmente representan la única vía para que estos bancos se hagan responsables ante sus compromisos ambientales y sociales.
Desde la creación del Grupo de Inspección del Banco Mundial en 1994, el primer mecanismo de rendición de cuentas independiente, se han registrado 758 denuncias presentadas a 11 bancos de desarrollo. El informe de SOMO evalúa el grado en que los bancos de desarrollo y sus mecanismos de denuncia están equipados para manejar las quejas de las personas afectadas.
Lo que el informe revela es que los mecanismos de quejas de los bancos rara vez proporcionan remedio o soluciones adecuadas por los daños experimentados por las personas y las comunidades. Esto se debe en gran parte a los propios bancos de desarrollo, que socavan la eficacia de sus propios mecanismos de denuncia, al limitar su mandato y no defender sus propias responsabilidades en el proceso de quejas. Los bancos impiden la accesibilidad y la eficacia de los mecanismos de denuncia desde el principio al no exigir a sus prestatarios que informen sobre los impactos de sus actividades. Aún más crítico, los bancos han limitado los mandatos de los mecanismos para que no puedan emitir decisiones vinculantes.
Más bien, el resultado de las quejas depende principalmente de la buena voluntad de los bancos o de sus prestatarios.
El informe presenta estudios de caso en que muestran cómo el sistema existente en los bancos de desarrollo se queda corto. Además incluye una serie de recomendaciones como por ejemplo desarrollar mecanismos de denuncia facultados para tomar decisiones vinculantes sobre los bancos y sus deudores, y el fin de la inmunidad de los bancos de desarrollo en los tribunales nacionales.
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