Participaron los siguientes panelistas: Marina Arias (Sistema B), Sebastián Bigorito (CEADS), Flavio Fuertes (Pacto Global), Paola Nimo (Red Sostenibilidad IDEA), Mercedes Occhi (ReporteSocial) y Florencia Salvi (AMCHAM), con la moderación de Cynthia Giolito (Coordinación PROCARSSE) y una reflexión final a cargo de Gabriel Berger, director del CIS y del PROCARSSE.

Los expositores mencionaron que los desafíos de la agenda global pasan por la crisis económica y los enfrentamientos geocomerciales y geopolíticos, la desglobalización asimétrica y la fragmentación tanto entre países como dentro de los países, la implementación de políticas y acciones que favorezcan la transición hacia una economía circular y baja en carbono, y la adopción de tecnologías innovadoras y sustentables. También se hizo mención a la agenda anti-ESG que se está dando en Estados Unidos.

En el plano local se expresó que los desafíos pasan por la necesidad de fomentar el desarrollo sostenible en el sector privado y en el sector público, la necesidad de promover el acceso a financiamiento y recursos para las empresas que buscan adoptar prácticas sustentables, la implementación de políticas y marcos regulatorios que promuevan la sustentabilidad empresarial, y la adopción de estrategias y prácticas que permitan a las empresas generar impacto social y ambiental positivo en sus comunidades y en el entorno.

Por otro lado, se puso énfasis en que las empresas tienen una gran oportunidad de construir resiliencia a través del crecimiento sostenible. Para ello, deben considerar la gobernanza, poner a las personas en el centro, trabajar en la medición y la calidad. También se destacó cómo la regeneración puede cambiar la perspectiva de las empresas.

A su vez, se coincidió en que el rol de las empresas en la sociedad ha evolucionado, y ahora se espera que vayan más allá de la lucha contra la corrupción. Esto significa que las empresas deben ser más ambiciosas y tener una estrategia mucho más ofensiva en lugar de simplemente protegerse con códigos de ética, capacitación y oficiales de cumplimiento. Es necesario integrar otras perspectivas, como los temas de discriminación y Derechos Humanos, en los programas de integridad. Además, se debe demostrar cómo las empresas están contribuyendo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible a través de reportes con evidencia empírica y datos medibles y cuantificables.

Con respecto a los indicadores no financieros, se explicó que se han convertido en una parte fundamental de la medición de la sustentabilidad empresarial, y el mundo financiero exige este tipo de reportes.

También se mencionó que la apropiación social de la información es fundamental para lograr una mayor sostenibilidad. Esto se debe a que si los reportes de sostenibilidad no llegan a los tomadores de decisión y se quedan en la página web de la empresa, no están cumpliendo con su objetivo principal de ayudar a los grupos de interés a tomar mejores decisiones. Por lo tanto, es necesario difundir mucho más esta información y asegurarse de que los actores relevantes se apropien de ella.

El seminario finalizó con una reflexión final sobre la importancia de que las empresas adopten una postura más responsable y sostenible en su gestión y operaciones. Se destacó la relevancia de que las compañías entiendan que el éxito económico no debe ser el único objetivo, sino que también deben tener en cuenta su impacto en el medio ambiente y en la sociedad en general.

Se resaltó la importancia de la colaboración entre empresas, gobiernos y la sociedad civil para lograr un desarrollo sostenible y justo. Asimismo, se subrayó que los consumidores también tienen un papel fundamental en esta transición hacia prácticas más responsables, ya que sus decisiones de compra pueden influir en las decisiones que toman las empresas.