En octubre de este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó en una conferencia de prensa en la  ONU un Informe que por primera vez insta de manera oficial a aumentar los precios de las bebidas azucaradas en un 20% como medida para reducir su consumo. España se suma a países como Reino Unido, Italia o Francia y a partir de enero introducirá un nuevo impuesto a las bebidas azucaradas.

Los nuevos impuestos fueron presentados el viernes por el Consejo de Ministros y forman parte del paquete de medidas que el Ejecutivo enviará a Bruselas para cumplir con el objetivo del déficit del 3,1% para 2017 y que incluye también la supresión de las deducciones en el impuesto de Sociedades y un plan de lucha contra el fraude en el IVA que limitará a 1.000 euros los pagos en efectivo.

Así lo ha anunciado el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en la rueda de prensa posterior a esta reunión, según informa EFE.

Se incrementará un 5% el impuesto que grava las bebidas alcohólicas intermedias (vinos de Jerez, vinos de Oporto y mistelas) y las espirituosas (ron, whisky, ginebra o brandy, entre otras), mientras que el vino y la cereza no sufren ningún tipo de modificación. Por su parte, el impuesto sobre los cigarrillos aumentará un 2,5% y el de la picadura de tabaco un 6,8%.

Este nuevo tributo, con el que el Ejecutivo prevé recaudar unos 200 millones el próximo año, está dentro de las medidas que pretenden rebajar el déficit público para cumplir con el objetivo de 3,1% de déficit para el año que viene. Asimismo, Montoro ha dado a conocer la creación de un nuevo impuesto a las bebidas carbonatadas, esto es, a los refrescos. Esta medida no está incluida en el citado Decreto Ley pero, según han explicado fuentes del Ministerio de Hacienda, se tramitará en las próximas semanas.

Este tipo de impuestos se establecen para gravar lo que los expertos denominan "externalidades negativas", actividades perjudiciales para el medio ambiente o la salud.

Por su parte, la Asociación de Bebidas Refrescantes, ha mostrado su disconformidad con la medida y ha dicho que la medida: “es injusta porque grava a los refrescos con azúcar, pero no al azúcar en sí”. Esto, a su juicio, supone un agravio comparativo, pues los refrescos no son los únicos productos que contienen azúcar añadido.

El sector remolachero de España también se ha pronunciado en contra el impuesto.