Dudas sobre los compromisos ambientales de la petrolera francesa Total
El reciente anuncio de Total de sus nuevas metas de reducción a cero de emisiones no convenció ni a ambientalistas ni a inversores, que las consideran "engañosas".
Siguiendo los pasos recientes de sus rivales europeos Shell, BP y Repsol, el gigante energético francés reveló hace algunas semanas la ambición de alcanzar emisiones netas cero en todas sus operaciones y producción a mediados de siglo. También se comprometió a alcanzar el cero neto en los productos energéticos utilizados por sus clientes europeos de energía en el mismo período de tiempo.
La empresa venía recibiendo diversas presiones. En abril de 2020, una coalición de once grupos inversores institucionales que representaban más de 750 mil millones de euros en activos (el 1,35 por ciento del capital social de Total) presentó una resolución de accionistas que solicitaba un informe de gestión de Total con información sobre la estrategia de la compañía para alinear sus actividades con los objetivos del Acuerdo de París y que establezca la reducción de emisiones absolutas.
Para este mismo grupo de inversores “la nueva estrategia climática de Total no cumple con la ambición requerida por las compañías de petróleo y gas para cumplir con el objetivo de París de limitar el calentamiento global a 1.5 grados”.
Se critica a Total el haber establecido compromisos que aplican solo a Europa, más específicamente el Reino Unido y Noruega. Estos países ya se han comprometido a cero emisiones para 2050, por lo tanto Total simplemente se comprometió a seguir las legislaciones nacionales. Además, las metas solo alcanzan a los productos energéticos utilizados por sus clientes y no a metas absolutas.
“Total es una importante petrolera internacional con intereses comerciales en más de 130 países. Si Total quiere ser considerado un líder, necesita expandir su ambición a países que aún no se han comprometido a cero neto para 2050”, objeta Joe Brooks, Project Officer de ShareAction.
La petrolera francesa ha anunciado una nueva ambición para reducir la intensidad de carbono de sus productos en todo el mundo en un 60 % para 2050, lo que para los técnicos ambientalistas no alcanza para cumplir los objetivos de París.
Adicionalmente, si bien el objetivo para 2030 no ha cambiado con respecto a los compromisos anteriores de Total, el objetivo para 2040 es en realidad menos ambicioso que la meta anterior de lograr una reducción del 25-40% en la intensidad de carbono para el mismo año.
Otra de las observaciones es que su estrategia se basa en indicadores de intensidad de carbono y no de emisiones absolutas. Los objetivos de intensidad pueden permitir a las empresas hacer crecer sus negocios de combustibles fósiles siempre que las inversiones en activos con bajas emisiones de carbono se realicen a un ritmo más rápido, es decir, compensar las inversiones en marrón mediante la inversión en verde.
Las variaciones pueden parecer pequeñas y técnicas, pero son importantes. Las compañías petroleras venden combustibles fósiles que generan miles de millones de toneladas métricas de emisiones de carbono cada año. La forma en que cada empresa cuenta y clasifica esos gases de efecto invernadero tendrá un impacto directo en la trayectoria de emisiones que el mundo sigue en las próximas décadas.
"Cada vez que una compañía petrolera lanza un plan neto cero, agrega una capa de confusión", dice David Doherty, especialista en petróleo de Bloomberg NEF.
El concepto de “net zero” no está estandarizado y cada empresa lo interpreta en función de sus estrategias e intereses. Esto podría cambiar muy pronto. La iniciativa Science Based Targets (SBTi) anunció que publicará en octubre próximo un método para que las compañías de petróleo y gas establezcan planes creíbles.
La resolución de los accionistas solicita que Total establezca objetivos absolutos de reducción de emisiones, en lugar de la intensidad de carbono, para garantizar que la empresa no pueda afirmar que cumple con sus compromisos climáticos y al mismo tiempo aumentar la producción de combustibles fósiles de manera insostenible, bloqueando el petróleo y el gas infraestructura y aumentando sus emisiones en términos absolutos. Su declaración de respaldo también pide a Total que ponga fin a su gasto de exploración.
ShareAction calificó de “engañosa” la declaración de Total sobre que sus planes de inversión cumplen con el Acuerdo de París. Un análisis de Rystad Energy muestra que antes del colapso en los precios del petróleo causado por covid-19, Total se embarcó en un agresivo plan de expansión en 2020 para cumplir con un objetivo de crecimiento de producción del 5% anual entre 2017 y 2022.
Estos planes están en desacuerdo con la iniciativa Carbon Tracker Initiative (CTI) que concluye que Total debe lograr una reducción del 35 % en la producción de combustibles fósiles para 2040 en comparación con los niveles de 2019 para mantenerse dentro del presupuesto de carbono implícito en el "Escenario más allá de 2 grados" (B2DS) - el escenario de la Agencia Internacional de Energía (AIE).
El experto de Bloomberg, Akshat Rathi cree que, en rigor, ninguna compañía está realmente reduciendo las emisiones a cero, y definitivamente no sin depender de alguna forma de compensaciones, como plantar árboles, que rara vez cumplen con el alto estándar de almacenamiento verificable de carbono. Un informe de Transition Pathway Initiative (TPI) reveló que ninguno de los planes de las Big Oil aún cumple con el acuerdo climático de París.
"Total no ha proporcionado información adicional en esta etapa sobre cómo pretende alcanzar su ambición", dice el informe. La empresa ha reducido la intensidad de 75.6 tCO2e / TJ en 2014 a 71.4 tCO2e / TJ en 2018 a través de una combinación de expansión de GNL y gas, biocombustibles, caída de la intensidad operativa más aumento de las ventas de electricidad. Sin embargo TPI calcula que sus emisiones absolutas aumentaron un 8% durante el mismo período.
Por su parte, la compañía dijo que su objetivo será revisado cada cinco años para mantenerse al día con los cambios en las políticas, los desarrollos del mercado y las nuevas tecnologías. La asignación de gastos de capital de petróleo y gas será "evaluada por la coherencia con los objetivos del Acuerdo de París".
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