La inversión sostenible es un enfoque de inversión que considera los factores ambientales, sociales y de gobierno (ESG) en la selección y gestión de carteras. Para los fines de este informe global, GSIA utiliza una definición inclusiva de inversión sostenible, sin establecer distinciones entre esto y términos relacionados, como la inversión responsable y la inversión socialmente responsable. Este informe utiliza principalmente el concepto de inversión sostenible a largo plazo.

A nivel mundial, los activos de inversión sostenible en los cinco mercados principales se situaron en $ 30.7 billones a principios de 2018, un 34 % de aumento en dos años. En todas las regiones, excepto en Europa, la participación de mercado de las inversiones sostenibles también ha aumentado.

La mayor estrategia de inversión sostenible a nivel mundial fue la selección negativa o excluyente, con activos combinados por un valor de $ 19.8 billones. Esto se define como la exclusión de un fondo o cartera de ciertos sectores, empresas o prácticas en base a criterios específicos de ESG. Esto fue seguido por la integración de ESG, con un valor de $ 17.5 billones en activos, y luego por el compromiso corporativo y la acción de los accionistas, por un valor de poco menos de $ 10 billones.

Desde 2016 hasta 2018, la región de mayor crecimiento ha sido Japón, seguida de Australia / Nueva Zelanda y Canadá. La proyección sigue siendo la estrategia más grande en Europa, mientras que la integración de ESG continúa dominando en los Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda en términos de activos ponderados.

La inversión de impacto es un segmento pequeño pero dinámico del más amplio universo de inversión sostenible y responsable en todos los mercados estudiados.

En Europa, los activos totales comprometidos con estrategias de inversión sostenibles y responsables crecieron un 11 por ciento desde 2016 a 2018 para llegar a 12,3 billones de euros (14,1 billones de dólares), pero su participación en el mercado global disminuyó del 53 por ciento a 49 por ciento del total de activos administrados profesionalmente. La leve caída puede deberse a un cambio hacia estándares más estrictos.

El compromiso corporativo y la acción de los accionistas es ahora la segunda estrategia más practicada los activos involucrados en esta estrategia creciendo un 14 por ciento. La selección basada en normas, que fue la segunda estrategia más practicada en 2016, ahora ocupa el cuarto lugar. Mientras tanto, la integración de ESG pasó del cuarto lugar al tercer lugar; Los activos gestionados bajo esta estrategia crecieron un 60 por ciento a partir de 2016 para llegar a € 4.2 billones en 2018; En particular, este crecimiento se produjo después de que Eurosif adoptara una norma más estricta.