El Instituto de Investigación de la Universidad de Sheffield (Sheffield Political Economy Research Institute) presentó un informe basado en entrevistas a ejecutivos de empresas, ONG, empresas proveedoras y auditores, que evidencia las fallas de los sistemas de auditoría en la cadena de suministro.

El informe dice lo siguiente: "En última instancia las auditoras están 'trabajando' para las empresas, y no para los trabajadores y el planeta. Las auditorías son herramientas ineficaces para detectar, informar, o corregir los problemas ambientales y laborales de las cadenas de suministro. Refuerzan los modelos de negocio existentes y preservan el status quo global".

Los autores del informe citan el colapso de la fábrica Rana Plaza en Bangladesh en 2013 y la investigación del periódico The Guardian sobre esclavitud humana en la industria del camarón de Tailandia en 2014. Ambos casos poseían certificados y auditorías que garantizaban las condiciones de estos proveedores. Paul Lister, quien es responsable de equipo de comercio ético de Primark, admitió que Primark había auditado dos veces la fábrica Rana Plaza antes de que se derrumbara.

La industria de la presentación de informes

Las corporaciones multinacionales contratan auditores privados para inspeccionar las fábricas en sus cadenas de suministro. Como resultado, la auditoría se ha convertido en una industria en sí misma, con ligas de evaluadores que trabajan incansablemente en la redacción de informes.

La investigación de la Universidad de Sheffield sostiene que las empresas están priorizando trabajar en los impactos en el medio ambiente por encima de las preocupaciones laborales, porque los temas ambientales son más "medibles y las preocupaciones ambientales se traducen más fácilmente en eficiencia empresarial y ganancias financieras".

Otra gran preocupación es el control corporativo sobre el proceso de auditoría que significa que las empresas son capaces de determinar el alcance de la auditoría. Un auditor dijo a los autores de la investigación lo siguiente: "vamos a auditar tanto como la marca quiera".

"Podría decirse que se trata de modelos de negocio no sostenibles, que son dependientes de mano de obra barata, los que impulsan los abusos dentro de las cadenas de suministro", dice uno de los autores del informe, Genevieve LeBaron. “No es conveniente para estos negocios que se detecten vulnerabilidades en su cadena por los costos que implica su remediación”.

El informe presenta evidencias de fallas en certificaciones como las de la organización Rainforest Alliance. Al respecto, el Director de la organización afirmó que cuando se detectan violaciones a los criterios de la certificación, se investiga de inmediato y se exige correcciones para no perder el certificado.

¿Las auditorías están fallando en hacer cumplir las normas que podrían proteger a las personas y el planeta? LeBaron, autor de la investigación, cree que los gobiernos de todo el mundo tienen que retomar un papel más activo para vigilar y hacer cumplir las normas laborales y ambientales. "Las inspecciones necesitan más fondos y un mandato más fuerte, y los trabajadores tienen que estar facultados para ejercer sus derechos para evitar abusos", dice LeBaron.

"El creciente uso de auditores privados para controlar las cadenas de suministro está sirviendo para reestructurar el sistema regulador global para privilegiar los intereses privados y las ventajas de mercado por encima del interés público".