Gobiernos y contribuyentes gastaron cerca de medio billón de dólares durante 2010 en apoyo a la producción y el consumo de combustibles fósiles. Es necesario eliminar los subsidios ineficientes, aumentar los ingresos nacionales y reducir las emisiones de gases invernadero, según los análisis de la OCDE y la AIE. El G-20 acordó en 2009 eliminar los subsidios que "fomentan el consumo excesivo, reducen nuestra seguridad energética, y además impiden la inversión en fuentes de energía limpias, socavando los esfuerzos para hacer frente a la amenaza del cambio climático".